En un mundo donde la alimentación consciente y sostenible gana cada vez más terreno, es esencial explorar los aditivos alimentarios con una perspectiva equilibrada.
En Gra de Gràcia valoramos la conservación del producto original al máximo, reconociendo que muchos aditivos son seguros y, en algunos casos, necesarios. Aunque algunos generan preocupación, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) señala que son inocuos incluso en grandes cantidades.
Ultraprocesados, más allá de la etiqueta
Los alimentos ultraprocesados, con su extensa lista de ingredientes que incluyen azúcares, grasas, aceites, sal, estabilizantes y conservantes, son una realidad en la industria alimentaria. En lugar de vincularlos directamente a enfermedades, es crucial comprender que esta amplia gama de componentes busca potenciar o modificar el sabor de productos que, en realidad, contienen poca materia prima, alterando así nuestra percepción.
Desde Gra de Gràcia buscamos evitar aditivos en nuestros productos, optando por alternativas como colorantes naturales (cúrcuma, pimentón, azafrán, espirulina y curry) que, además, nos proporcionan beneficios a nivel nutricional, y métodos tradicionales de conservación, como la deshidratación. No buscamos demonizar los aditivos, sino resaltar nuestra elección consciente de conservar la naturalidad de los productos.
Impacto ambiental y recursos: La realidad oculta de los ultraprocesados
Además de los posibles riesgos asociados con ciertos componentes, los ultraprocesados también tienen un impacto ambiental significativo. La elaboración de estos productos consume una cantidad considerable de recursos, contribuyendo así al deterioro del medio ambiente. Con conciencia sobre esta realidad, invitamos a considerar opciones alimentarias que no sólo resguardan nuestra salud, sino también el equilibrio de nuestro entorno.
Más allá del envase: Las sombras ocultas en tu alimentación
Muchos aditivos alimentarios presentes en productos convencionales son perjudiciales para la salud a largo plazo. Algunas sustancias, como los colorantes artificiales, conservantes y potenciadores del sabor, se han asociado con alergias, hiperactividad en niños y otros problemas de salud.
La Unión Europea cuenta con una lista de 516 aditivos identificados con el código "E". No obstante, el número real de sustancias que pueden incorporarse a los alimentos es significativamente mayor, y esto se debe a diversas razones:
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Contaminantes: los alimentos tienen la posibilidad de albergar restos de pesticidas y metales pesados perjudiciales para la salud.
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Aromas: el aditivo mencionado en las listas de ingredientes como "aromas" engloba diversas sustancias que no siempre son inofensivas. Algunas de estas pueden contener moléculas cancerígenas o contribuir al endurecimiento de las arterias y problemas metabólicos.
Aditivos no aptos para dietas veganas
La elección de productos veganos va más allá de la simple exclusión de ingredientes de origen animal. Algunos aditivos comunes pueden derivarse de fuentes animales o someterse a procesos que involucren ingredientes no veganos.
Estos ingredientes se obtienen exclusivamente de materias primas de origen animal y, además, no siempre son inocuos: cochinilla (E120), gelatina (E441), cera de abeja (E901), goma laca (E904), lanolina (E913), lactitol (E966) y lisozima (E1105). Otros, por otro lado, son siempre sospechosos de no ser de origen vegetal si no lo especifica el envase. Este es el caso de: glicerol (E422), mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471), inosinato disódico (E631), omega 3 y vitamina D.
Los aditivos que más preocupan
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Dióxido de titanio: Este aditivo, utilizado como blanqueador y espesante, ha suscitado muchas preocupaciones debido a riesgos para la salud y está actualmente prohibido en España desde este mismo año.
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Nitratos y nitritos: Presentes principalmente en productos cárnicos procesados, como embutidos, estos aditivos pueden ser tóxicos y se han relacionado con el cáncer colorrectal.
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Ostofosfato de sodio: Este aditivo, utilizado como estabilizador y regulador de la acidez, ha generado preocupaciones debido a su posible impacto en personas que sufren alguna enfermedad renal.
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Sulfato de aluminio: Empleado como agente de coagulación en algunos procesos de producción de alimentos, el sulfato de aluminio ha sido objeto de atención por sus posibles efectos tóxicos en el sistema nervioso y otros órganos.
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Galato de propilo: Utilizado como antioxidante, el galato de propilo ha sido objeto de debate debido a preocupaciones sobre posibles efectos adversos para la salud, pero no se ha demostrado ningún efecto adverso.
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Amarillo quinoleína: Un colorante artificial que, según algunos estudios, podría tener efectos adversos y ha sido objeto de restricciones en algunos países, pero no existe evidencia de que pueda ser realmente preocupante para la salud humana.
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Butilhidroxianisol (BHA): Este conservante sintético, utilizado para prolongar la vida útil de alimentos grasos, ha sido objeto de investigación debido a inquietudes sobre sus posibles efectos cancerígenos, pero no existe evidencia de que sea preocupante para la salud humana (sólo en roedores).
Explorar estos aditivos nos permite tomar decisiones más informadas sobre nuestra alimentación, enfocándonos en opciones más saludables y conscientes. En Gra de Gràcia nos comprometemos a ofrecer productos sin aditivos o aditivos de origen natural, priorizando de este modo la salud y el bienestar de nuestros clientes